sábado, 16 de mayo de 2009

La manta de seguridad


Hablemos de Peanuts. Claro que, cuando uno se pone a hablar de una obra tan monumental y tan vasta, con casi 18.000 tiras dibujadas a lo largo de 50 años, ¿por dónde empieza? Bueno, pues no lo sé. Pero yo voy a empezar por la manta de seguridad.

La manta de seguridad es ese trapo que Linus lleva consigo a todas partes. Linus es el mejor amigo de Charlie Brown (si obviamos a Snoopy), pero el mejor amigo de Linus no es Charlie Brown: es su manta de seguridad. La manta viene a ser su apoyo emocional. Como él mismo dice, la manta evita que sus nervios exploten. Esto, que puede parecer una tontería, en realidad no lo es. Y, cuanto más lo pienso, menos me lo parece. Porque, si lo pienso bien, veo que todxs necesitamos algo a lo que agarrarnos. Especialmente en los momentos difíciles. Y los personajes de Peanuts atraviesan por momentos difíciles casi a cada paso.

Y, si hay que agarrarse a algo, puede que agarrarse a una manta sea lo más razonable. ¿No estamos acaso rodeadxs de gente que se agarra a la Religión, que se aferra al Trabajo, que se engancha a las Drogas? Bien, pues desde este punto de vista, es evidente que una manta crea muchos menos quebraderos de cabeza. Precisamente por ser algo tan concreto y tan inmediato.

Lo mismo pasa, en el terreno de las religiones, con el animismo. Para mí tiene mucho más sentido, si hay que adorar a algo, adorar al mar, adorar al cielo, adorar a las piedras, adorar a los árboles. Al fin y al cabo, son algo concreto y es innegable que están ahí. Por el contrario, las religiones monoteístas adoran a un dios abstracto, invisible, indemostrable. Y, para colmo, un dios que exige una devoción exclusiva y absoluta. Un dios así crea muchos más problemas de los que resuelve. Quedémonos, pues, con la manta.

De hecho, yo creo que la manta de seguridad es la principal diferencia entre Linus y Charlie Brown. Y que, si Charlie Brown tuviera una manta como la de Linus, no andaría siempre tan deprimido y tan jodido. Y, como demuestra esta tira, ellos lo saben.


Y, para acabar, os dejo aquí un video que me encanta. Es un fragmento de la película A boy named Charlie Brown, dirigida en 1969 por Bill Melendez. Estos dibujos capturan muy bien el estilo y la esencia de la tira original, por lo que merece la pena verlos.

Bueno, os pongo en antecedentes. Charlie Brown se marcha a la ciudad para participar en un concurso de ortografía del que depende su autoestima. Para apoyarle, Linus le ha prestado su manta. Sin embargo, con el paso de los días, Linus se va poniendo cada vez peor. Le falta su asidero emocional, está destrozado: necesita su manta. Acompañado por Snoopy, viaja a la ciudad. Busca a Charlie Brown por todas partes y finalmente lo encuentra en su habitación del hotel, donde se ha pasado toda la noche estudiando ortografía. Linus le pide la manta. Horror: Charlie Brown no recuerda dónde la ha puesto. Y entonces...



Me parece maravillosa la música de Vince Guaraldi. Ese piano es que te transporta a otro mundo. Te toca el alma y te hace sentirte como si fueras Linus y estuvieras abrazado a tu manta de seguridad. O sea, la alegría de estar vivo, de ser un puto friki y que te dé igual lo que piensen lxs demás. Y supongo que eso es bastante parecido a lo que debe de ser la libertad, o la felicidad, o algo de eso.

4 comentarios:

  1. Qué bueno el vídeo. Los dioses de las religiones monoteístas son además unos tipejos bastante despreciables. A la mínima te mandan un diluvio, una plaga, o un ángel exterminador, etc. Estos castigos te los mandan a pesar de ser hijxs suyxs o creaciones suyas, como se prefiera. Además te castigan muchas veces por tonterías tremendas, vamos, hasta masturbarse es un pecado castigable. Luego también son unos voyeurs, el dios cristiano, por ejemplo, está en todas partes, todo lo ve.
    Como dices tu, adorar a una piedra trae menos problemas que inventarse una religión. Por no hablar de los textos y libros que acompañan a estas religiones, ¡son infumables! Menudos tostonazos de libros. ¿Y qué se aprende con ellos? Es que no son ni divertidos...
    Yo también creo que la felicidad empieza por la liberación mental de pasar de lo que piensen y digan los demás de ti, aunque a veces cuesta pasar de lxs demás, depende de en qué entornos es más difícil pasar. Pero vamos, que si por algún sitio hay que empezar para buscar la felicidad es por ese, por pasar de lo que digan y piensen los demás de ti.

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  2. Además, si te fijas en el video, cuando Linus ve la manta, aparece iluminada como si fuera la sábana santa o algo así. Es un detalle muy bueno, me hace mucha gracia, y el bailecito es genial.

    Para mí lo mejor es pasar de cualquier tipo de religión, que, al final, no es más que una superstición basada en el miedo y la ignorancia, dos cosas que lamentablemente suelen ir unidas. Parásitos de la mente. Para superarlos, creo que es necesaria cierta fortaleza mental. Pero, si son sustituidos por cosas como la educación y el conocimiento (y no me refiero a aprender a multiplicar) y el apoyo mutuo, se puede superar esa nefasta dependencia.

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  3. En manos de Charlie Brown la manta no es mas que una bayeta para limpiarse los zapatos, y en manos de Linus es desde un capote de torero hasta un avión de papiroflexia perfectamente doblado, joder, esa manta es para Linus todo lo que el desea y todo lo que necesita.
    Y la música es genial también, es feliz, alegre, te aisla del mal rollo.
    Cabezatrueno, pillas unas joyas estupendas, como te lo curras.

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  4. Cuando llega el verano siempre quito las mantas de la cama y las guardo en el armario. Este año ya lo he hecho. Anteayer pasé frio.
    A ver cuando empiezan a subir las temperaturas para poder decir:
    Uff... Qué calorrrrr! Qué bochornaaaazoooo....!

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