martes, 7 de abril de 2009

El niño dentro de Hobbes


De todos los tratados que existen sobre disociación de la personalidad, puede que Calvin y Hobbes sea el más interesante. Desde luego, sí que es el más divertido.

A diferencia de otras tiras, en Calvin encontramos un personaje complejo, pero de verdad. Un niño tan egocéntrico que su personalidad se desdobla en dos, pues su descomunal ego no cabe en su pequeño cuerpecito infantil.

¿Y por qué se desdobla su personalidad?

La explicación más aceptada en estos casos es que hay una parte de sí mismo que el sujeto es incapaz de aceptar emocionalmente. Entonces, reacciona expulsando esa parte fuera de sí y proyectándola sobre un ente diferenciado. Como causa de ello, se suelen señalar abusos por parte de algún progenitor. Sin embargo, en este caso es al revés: es Calvin quien abusa de sus padres. Hay como una inversión.

El problema es éste: si su parte aceptable tiene la apariencia de un chaval de seis años, destructivo, caótico, ingobernable y dotado de una imaginación que le transporta a mundos paralelos, ¿cuál es la parte inaceptable? Pues esa otra parte adopta la forma de un tigre devorador de hombres. Por suerte (¿?), en el mundo real el tigre es de peluche y, por tanto, incapaz de comerse a nadie. Por más que el niño lo azuce.

Así es. Paradójicamente, Hobbes es mucho menos agresivo que Calvin y, en general, mucho más tratable. De hecho, muchas veces se encarga de controlar los excesos de Calvin, llevándole la contraria y cuestionando sus actos y sus planes de destrucción masiva. Casi se podría decir que Hobbes actúa como el superego de Calvin. Como una especie de Pepito Grillo; sólo que más cínico y mucho menos repelente.

Sin embargo, aquí hay algo que no encaja: una inversión de los papeles, como dije antes. Y es que todo cobra mucho más sentido si interpretamos que, en realidad, Hobbes no es la proyección de Calvin, sino que Calvin es la proyección de Hobbes. Hobbes es real y Calvin es el muñeco de peluche sobre el que el tigre proyecta su lado monstruoso. ¿No?

Sí. Definitivamente, esto tiene mucho más sentido.


He estado dudando sobre qué tira poner. Hay unas cuantas que están entre mis favoritas. Al final he elegido ésta porque tiene una vertiente más política, cosa que, ya sabéis, es mi debilidad.

No es que a Calvin le interese mucho la política en sí misma. Le interesa, pero como instrumento para lograr sus maléficos planes. Así, lo mismo puede ser un dictador arengando a unas masas imaginarias que un elector (el único) presionando al Presidente (su padre) con una popularidad en declive (y, por tanto, una reelección improbable), en un intento por que éste cambie sus políticas educacionales.


9 comentarios:

  1. Esto se lo dedico a Ocha, alias Kinkman, que prefiere Calvin & Hobbes a Mafalda y que me dio la idea para escribirlo.

    Salud y confundamos al gato!

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  2. Jo, tío, que análisis mas guapo de los personajes, así da gusto.
    Lo que dices de Calvin: "No es que a Calvin le interese mucho la política en sí misma. Le interesa, pero como instrumento para lograr sus maléficos planes", es también la definición mas exacta que se puede dar sobre un/a políticx. A lxs políticxs les importan un bledo los problemas sociales, el precio de la coliflor, si la abuela fuma, etc. Lo que no entiendo muy bien (y perdón si parezco ignorante) es lo que impulsa a la gente a votar a tipejos como Sarkozy, Aznar, Berlusconi, Blair, etc. ¿Es que no está bien claro lo que son? Aunque por otra pienso que la gente que vota a estos personajes tiene que ser como ellos.

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  3. Lo curioso es que eso lo hacen lxs adultxs y lxs odiamos. En cambio, lo hace un niño cabezón y pelopincho y nos partimos de la risa, y hasta le cogemos cariño y todo.

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  4. Sí, que contraste.
    Oye, tío, ¿y lo que dijo ayer Berlusconi sobre lo de que la gente que ha sufrido el terremoto en Italia que se lo tome como un camping, o algo así? Lo oí anoche en un informativo de madrugada, a ver si va a ser un vídeo-fake como el que le hizo el Wyoming a Intereconomía, jua, jua, jua.
    No creo que esta vez no va a ser un vídeo-fake...

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  5. Oye, Cabezatrueno, quizás tu lo sepas, ¿Bill Watterson tiene hijxs? No quiero ni pensar que el personaje de Calvin le fue "inspirado" por algunx de sus hijxs (si lxs tiene)

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  6. Pues esto es lo que he encontrado que Bill Watterson dice sobre este tema. Está interesante:

    "Mucha gente cree que Calvin está inspirado en un hijo mío, o que se basa en recuerdos detallados de mi propia infancia. En realidad no tengo hijos, y fui un niño bastante tranquilo y obediente, casi lo contrario que Calvin. Una de las razones que hace divertido escribir el personaje de Calvin es que, a menudo, no estoy de acuerdo con él. Calvin es autobiográfico en el sentido de que piensa sobre los mismos temas que yo, pero en esto, Calvin refleja más mi madurez que mi infancia. Muchos de los conflictos de Calvin son metáforas de mí mismo. Sospecho que muchos de nosotros envejecemos sin crecer, y que dentro de cada adulto (a veces muy adentro) hay un crío que quiere que todo se haga a su manera. Utilizo a Calvin como salida a mi inmadurez, como una forma de mantener mi curiosidad por la naturaleza, como una forma de ridiculizar mis propias obsesiones, y como una forma de comentar la naturaleza humana. No querría tener a Calvin en mi casa, pero en el papel, me ayuda a sortear y entender mejor mi vida."

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  7. Es un tipo afortunado Watterson, ha encontrado una forma estupenda de "dar salida a su inmadurez y de ridiculizar sus propias obsesiones" como él mismo dice. Eso tiene que dar una paz interior envidiable. Quizás habrá otras formas de canalizar este tipo de cosas pero personalmente considero que ésta será una de las mejores.
    Tenías razón tío, que interesante lo que dice Watterson.

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  8. Después de leer lo que dice Watterson de si mismo relacionado con Calvin, me atrevo a decir que yo soy fan de Calvin desde hace muchos años y que desde el principio me veía reflejada en muchas de sus opiniones. Incluso alguno de sus títulos me los hice mios como por ejemplo: "Yo tengo razón, los demás están equivocados". Incluso recuerdo que me gustaban tanto que en su momento le llevé unos cuantos cómics de Calvin a mi psicólogo pensando que podía ser un elemento de ayuda para que el "loquero" en cuestión supiera con que tipo de elemento estaba tratando.

    Y digo que ahora me atrevo porque ya sabéis que cuando alguien que no es nadie, como yo, cuenta de si mismo según que cosas, se le mira mal. Como sería en este caso admitir que uno es inmaduro en ocasiones. A no ser que lo que digas coincida con lo que dice alguien de carisma reconocido o importancia social. O sea, como aquello de que cuando alguien es pobre y peculiar le llaman loco y si tiene dinero le llaman excéntrico.

    La verdad es que al acabar de escribir esto he pensado que algunos pueden sacar la conclusión de que estoy loca, porque he ido en un momento de mi vida al psicólogo. Pero la verdad es que no me importa. Como véis ir al psicólogo me sirvió bastante, sobre todo para pasar de lo que puedan pensar los demás de mi. Cuando llegas a la conclusión de los demás están ahí en general para tocarte los cojones, sus opiniones dejan de tener importancia. Además, ¿no dijo alguien "el infierno son los demás"?

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  9. ¡Qué sinceridad mas contundente!
    Muchas personas que sacan la conclusión de que las personas que han ido al psicólogo están locxs no se hasta que punto se dan cuenta de lo que están hablando, creo que no saben los diversos motivos por los que una persona va al psicólogx, estas mismas personas se sorprenderían de la cantidad de coincidencias que tienen con aquellas otras que van al psicólogx.
    La frase "Cuando llegas a la conclusión de los demás están ahí en general para tocarte los cojones, sus opiniones dejan de tener importancia", es genial, me la "quedo", je, je. Es una reflexión liberadora, es escapar de la presión que el pensamiento de lxs demás ejerce sobre nosotrxs.

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